La dramática situación del comercio minorista
Juan ST, 29 de Abril de 2013
El mes pasado ya comenté el drama que estaba viviendo el comercio minorista en España en el post “Drama minorista”:
32 meses consecutivos de caídas de las ventas en tasa interanual
(comparando un mes con el mismo del año anterior) y 55 meses destruyendo
son datos de emergencia nacional como no puede ser de otra manera.
Ahora llegan los datos de marzo y más de lo mismo. Se suma un mes más a la dramática estadística anterior: 33 meses consecutivos de caídas de las ventas en tasa interanual y 56 meses de destrucción de puestos de trabajo.
El
índice general de las ventas cae un 10,9%. Si se eliminan los efectos
estacionales y de calendario, la tasa anual registra una variación del
–8,9%, un punto y dos décimas inferior a la de febrero. Las que peor
parte se llevan son las empresas más débiles, las más pequeñas. Las
ventas de las empresas unilocalizadas caen un 14,1%. La caída de estas
empresas eliminando los efectos estacionales es del 10,9%. Luego tenemos
la caída de las pequeñas empresas que es del 12,7% (9,2% índice
desestacionalizado).
Lo dicho, un drama en el que creo que se reflejan casi todo nuestros malos a nivel económico.
Sin consumo, sin crédito, sin creación
de empleo, con el aumento de desempleados y con la continua caída del
número de puestos de trabajo, nuestra situación es como he comentado al
principio de emergencia nacional. Dar la vuelta a esta tendencia es
básico y fundamental para empezar a tener algo de esperanza en la
recuperación económica del país. Además, la ayuda a los más pequeños se
hace indispensable para empezar a revertir la dramática situación de
nuestro comercio minorista. Yo lo vivo muy de cerca y es frustrante cómo
todos los meses las ventas del negocio familiar caen y las “ayudas”
brillan por su ausencia (no se pide nada del otro mundo, se pide algo de
crédito el cual se devolverá con intereses).
Lo todavía más dramático en esta
situación no es que la caída de ingresos suponga reducir los beneficios
al mínimos de las pymes (las más indefensas en este terreno del comercio
minorista). Lo peor de esta situación es que desde hace mucho meses, se
está trabajando para perder dinero. No se llega ni siquiera con el
nivel de ventas a pagar los gatos fijos que tienen muchas pequeñas
empresas lo cual es sangrante. Las deudas con proveedores aumentan sin
apenas esperanza para poder pagarlas a no ser que exista una especie de
milagro económico. El colmo por tanto está en trabajar para perder
dinero. Esta situación es todavía peor que trabajar gratis.
Está claro que todos debemos espabilar y
adaptarnos a la nueva realidad económica que vivimos. Pero con la caída
de las ventas durante 33 meses consecutivos y con la destrucción de
puestos de trabajo durante 56 meses ininterrumpidos, ¿quién lo puede
aguantar?

No hay comentarios:
Publicar un comentario