Sr. Montoro, ha llegado la hora de bajar los impuestos
La última entrevista
al ex presidente del Gobierno José María Aznar ha vuelto a abrir la
caja de los truenos sobre la idoneidad o no de mantener unos impuestos
elevados en España, tal y como se está haciendo en la actualidad. Cuando
el equipo de Mariano Rajoy llegó a Moncloa tenía dos vías para cuadrar
las cuentas públicas: reducir gastos o incrementar los ingresos con
impuestos más altos, y ha optado por aplicar las dos soluciones. Pero, ¿más impuestos equivale a más recaudación? No necesariamente.
Soy de la opinión de que con la economía española atravesando una
recesión tan profunda como la actual, mantener una presión fiscal tan
elevada no sólo no contribuirá a aumentar la recaudación, sino que
provocará el efecto contrario: que esta se reduzca. Las innumerables
subidas impositivas con que se ha castigado a la población se traducen
en una reducción del consumo de las familias, lo que a su vez perjudica la inversión y lastra aún más el crecimiento.
A lo largo de la historia han sido numerosos los economistas y pensadores que han teorizado sobre esta relación: John Maynard Keynes, Ibn Jaldún, Milton Friedman o Arthur Laffer, que dio nombre a la conocida “Curva de Laffer”, según la cual un incremento impositivo no siempre conllevará un aumento en la recaudación fiscal, tal y como podemos observar en el siguiente gráfico, donde en el eje de abscisas se representa el tipo impositivo y en el de ordenadas la recaudación fiscal:
A lo largo de la historia han sido numerosos los economistas y pensadores que han teorizado sobre esta relación: John Maynard Keynes, Ibn Jaldún, Milton Friedman o Arthur Laffer, que dio nombre a la conocida “Curva de Laffer”, según la cual un incremento impositivo no siempre conllevará un aumento en la recaudación fiscal, tal y como podemos observar en el siguiente gráfico, donde en el eje de abscisas se representa el tipo impositivo y en el de ordenadas la recaudación fiscal:
Aunque lo cierto es que no se ha podido demostrar al cien por cien
la veracidad de la curva de Laffer, lo cierto es que desde un punto
teórico tiene bastante sentido el hecho de que una reducción de la carga
impositiva se traduzca en un aumento del PIB per cápita de las familias. Este incremento de la riqueza total neta de los consumidores aumentaría el consumo, el gasto, la inversión y reduciría la propensión a defraudar a Hacienda, lo que se traduciría en una mayor recaudación por parte de las administraciones públicas.En definitiva, creo que hay argumentos más que de sobra para que el Gobierno, con el estratega Montoro a la cabeza, de marcha atrás y se decida a reducir la desorbitada presión fiscal que actualmente estamos padeciendo. Mantener los impuestos altos durante algunos años más sólo conseguirá que se propague la pobreza por todos los costados del país. ¿Quieren alternativas? Pues que le metan la tijera al sector público empresarial, seguro que ahorraríamos unos cuantos miles de millones.
Imagen | 401(K) 2013, Wikipedia
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